8/06/2008

Hiroshima canta



En Hiroshima, a orillas del río Motoyasu -a metros de la cúpula-, cada fin de semana varios chicos se juntan a cantar (la acústica es muy buena).

8/02/2008

Tentempié



Hace un ratito que está por venir.
Ya me estoy por ir.
Ya casi me quedo.
Me muero por oírte sonreír.
No te quiero ver.
A veces me pierdo.

Peleamos todo el tiempo por mostrar
quién se quiere más
quién extraña menos.
Lo bueno de tenerte siempre ahí
es como sentir
que te me estas yendo.

Nada más puedo ser
el vaivén entre pasión y sacrificio.
Suelo andar ya me ves
jugando al tentempié en el precipicio.

Sos todo lo que yo siempre soñé.
Ya me desperté
y sigo dormida.
Todo el futuro depende de vos.
Solo estoy mejor
puedo con el día

Nada más puedo ser
el vaivén entre pasión y sacrificio.
Suelo andar ya me ves
jugando al tentempié en el precipicio.
Suelo andar ya me ves
jugando entre pasión y sacrificio.
Balancearse, dudar
sin caer y sin poder cambiar de sitio.


* Ana Prada, del disco Soy sola (2006).

5/14/2008

Una reescritura de Cumbres borrascosas

Basado en el clásico de Emily Brontë, la escritora Minae Mizumura ha (re)escrito, en "Una novela real", un relato lleno de pasiones, un rompecabezas que transcurre en Estados Unidos y Japón, y que recorre casi 50 años desde la posguerra.

Nada bueno podría salir de la unión de dos seres de “naturaleza diferente” parecía ser una de las enseñanzas que dejaba Cumbres Borrascosas, la novela de Emily Brontë, y así, a lo largo de la historia, el amor y el odio son dos constantes (como otros tantos elementos contrapuestos en la narración) que resaltan la pasión entre Heathcliff y Catalina. Pero, aunque en vida no logran consumar su amor, el final tiene una unión feliz.
Publicada en 1847, la vida de Heathcliff y de Catalina, atravesadas por el amor, el odio, la venganza y el arrepentimiento es una de las grandes novelas de la Literatura inglesa. Y aunque el relato ocurre en Yorkshire, en el siglo XVII, pudo haber sucedido en cualquier otra parte del mundo, tal como lo demuestra Minae Mizumura en Una novela real (2002), publicada recientemente por Adriana Hidalgo editora, y la cual llega al castellano directamente del japonés, gracias a la traducción de Mónica Kogiso.
Es que Mizumura, a su manera, le ha pasado el codo a las páginas escritas por Brontë y, encima de ellas, ha (re)escrito su propia historia de amor; una novela “signada por la miseria del Japón de posguerra”, o, si se quiere, una historia de novela en la que el amor vuelve a enfrentarse a todo lo que se le oponga para hacernos entender por qué, muchas veces, nada bueno sale de la unión de dos seres de “naturaleza diferente”.
Al menos eso es lo que le ocurre a Taro y Yoko: se miran, se sienten, se desean, pero también se rechazan, se evaden, se alejan. Casi como un héroe trágico, Taro -de origen humilde, quizá hijo producto de una violación ocurrida durante la ocupación japonesa en Manhcuria- se enfrenta a los prejuicios que se tienen durante los casi 50 años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, mientras que Yoko, criada en una familia acomodada, se debate entre lo que quiere, lo que desea, y el qué dirán, el qué pensarán.
En torno a Taro, de esta manera, se organiza todo un rompecabezas ubicado en dos escenarios definidos, Estados Unidos y Japón. El desarrollo histórico del mundo va mostrando el desarrollo del hombre, de Taro, y lo que parece un asunto particular se transforma en universal; el hombre se transforma junto al mundo, y Taro, ubicado en el límite de dos épocas, refleja esos cambios, y así se pasa de la prosperidad norteamericana, de los “nuevos ricos”, a la decadencia de las tradicionales familias niponas.
La figura del héroe, de Taro, se va delineando tanto por sus actos, sus acciones, y sus palabras, pero también se va contaminando por la apreciación que el resto tiene sobre él, basada, principalmente, en rumores y chismes, un detalle narrativo muy marcado en Una novela real, recurso que Mizumura explota a través de dos narradores. Uno de ellos es Fumiko, un ama de llaves similar a la Nelly de Brontë, receptora de todos comentarios que se hacen del protagonista, y mujer que transmite la historia a un muchacho que, a su vez, se la remite a la otra narradora, llamada Minae Mizumura (sí, igual que la autora).
El relato, en realidad, se abre con la voz de la Mizumura personaje (de papel), quien, al igual que la autora (de carne y hueso), también es escritora. ¿Un simple juego literario? Más que eso, el recurso le sirve a la autora (de carne y hueso) para teorizar sobre la ficción y la realidad y qué es ser escritor o quién es escritor.
Estamos advertidos desde el título. La novela es propia del ámbito de la ficción, la ficción entedida como el acto de copiar la realidad para transformarla en una nueva realidad, porque -como dice Mizumura (personaje de papel)- “un cambio en el arte puede generar nuevas realidades”. Y una “nueva realidad” (aunque ya sabida) es que, aunque cambien las épocas, hay conflictos que persisten a través del tiempo, y el amor, y las historias que mobiliza, como si fuese una moneda que cae de uno u otro lado, puede ser tan particular, como la Historia, o universal, como la Literatura.

4/28/2008

Canción de cuna




¿Quién no quisiera ser pensando en una canción así? Lo que usted merece, de Jorge Fandermole.

¡Buenas noches!

3/10/2008

¿Dónde hay mimos?

FRANKENSTEIN dice:
¿Dónde hay mimos? ¿Los venden en la calle?
camila dice:
Yo tengo mimos
FRANKENSTEIN dice:
¿Hay vendedores ambulantes que pasan por el subte ofreciendo mimos? ¿Los mandan por suscripción?
camila dice:
Tonto!! Yo te puedo dar mimos
FRANKENSTEIN dice:
¿Dónde están los mimos?
camila dice:
mimos ufaaaaaaaa
FRANKENSTEIN dice:
¿Tengo que ir por la calle preguntándole a la gente “dónde hay mimos”?
FRANKENSTEIN dice:
¿Quizá deba ir a una plaza, sentarme en una hamaca y esperar que lluevan mimos?
FRANKENSTEIN dice:
¿Se vende por kilo? ¿Son como la verdura, que crece en el campo?
FRANKENSTEIN dice:
Jajaja, mimos...
FRANKENSTEIN dice:
¿Serán los payasos que no hablan? ¿Si digo que quiero un mimo me mandan a Marcel Marceau?
camila dice:
Cuando dejes de delirar y leas, charlamos
FRANKENSTEIN dice:
¡Dame mimos! ¡No me digas que me los podés dar... Sólo dámelos!
camila dice:
No dejas...
FRANKENSTEIN dice:
¡Me dejo! ¡Me dejo!
Camila dice: calmate
FRANKENSTEIN dice:
¡Me dejo! ¡Quiero!
FRANKENSTEIN dice:
¡Me dejo! ¡Me dejo!
FRANKENSTEIN dice:
¡Me dejó!


* Próximamente, en las peores salas.

3/08/2008

Champuru de canciones

Por las grandes canciones, que son como imanes de nuestra identidad.

Oración del remanso, de Jorge Fandermole




Aoi Takara, de Yanawaraba

2/19/2008

"Una mina, una familia", o el espíritu del trabajo colectivo



“Una mina, una familia”. Ese es el espíritu de Iwaki, un frío pueblo del norte de Japón. Pero si el carbón ha sido el combustible que ha ido alimentando durante generaciones la identidad de los habitantes -porque, “por más que te laves las manos, el carbón de las uñas no se te va”-, la llegada del petróleo hace que las minas, una a una, vayan cerrando. El carbón, negro y frío, y, a la par, la vida de los habitantes, poco a poco se va apagando. Hay, sin embargo, una luz. Es la que presenta la empresa minera local: construir un complejo turístico hawaiano, el primero en Japón, cuyo principal atractivo serán las bailarinas de Hula.
Basada en un hecho real que ocurrió en el país nipón en la década del 60, Hula Girls, película multipremiada por la academia japonesa el año pasado, es una comedia dramática sobre las vidas de las hijas de unos mineros que aprovechan la oportunidad que les da el baile para "escapar" de su destino. No será nada fácil, porque en el tradicional pueblo de Iwaki, el carbón ha sido el “diamante negro” que han trabajado, durante generaciones, hombres y mujeres. Y las chicas, que no saben bailar, se enfrentarán contra la opinión de la mayoría de la pobladores, negados a la idea de instalar un parque temático. Ellas comenzaron siendo unas pocas, y con el único apoyo de su instructora, que llega de la moderna Tokio; terminaron siendo unas cuantas, todas heroínas que salvaron al pueblo.
Producida por Hitomi Ishihara y dirigida por Lee Sang-il, Hula Girls -que en España ha sido presentada como el film que realza el papel de la mujer (el estreno en nuestro país aún tiene fecha incierta)- muestra, principalmente, y como salida de la crisis, el esfuerzo, el trabajo colectivo, en conjunto, en equipo, muy a pesar de los conflictos (individuales y grupales). No es sólo un grupo de mujeres el que cambia, sino toda una población, todo un país, todo un mundo. “¿Por qué los tiempos cambien, también tenemos que cambiar?”, se pregunta un minero, y luego agrega: “No tenemos la culpa de que el tiempo avance y decida cambiar”. Ahí también se encuentra otro valor de la película: el desarrollo histórico. Y se sabe que, para ello, es necesario el progreso tanto del tiempo como del lugar y, dentro de ambos, del hombre, porque es él quien se transforma junto con el mundo.
Al estilo de otras comedias japonesas de gran éxito (Waterboys, un grupo de muchachos que, sin saber de qué se trata, conforman un equipo de nado sincronizado, y Swing Girls, chicas que sin saber tocar un instrumento arman una banda colegial de jazz), Hula Girls pareciera que ficcionaliza la realidad de manera grotesca (recrear Hawai en una zona de frías temperaturas o convertir a novatas en bailarinas profesionales), pero la vida misma, muchas veces, se nos aparece exagerada (no hay que olvidar que el hecho ha sido una historia real). Si bien hubo un tiempo en que, para los habitantes de Iwaki, el carbón dejó de ser útil para iluminar sus hogares, a cambio de la danza -que a lo largo de la historia ha sido un ritual invocador, un movimiento liberador y hasta creador-, el espíritu (el del trabajo colectivo) ha sido el mismo: “Una mina, una familia”, porque, como dice una de las protagonistas, “por mucho que te laves las manos, el carbón de las uñas no se te va”.

2/16/2008

La lengua de Cervantes llega a la tele por Internet

Escuchar hablar el idioma español, sea desde donde sea y estar al tanto del mundo cultural de Hispanoamérica ya es una realidad. Es que el Instituto Cervantes acaba de estrenar su portal televisivo por Internet, hecho que supone un gran paso en la apuesta por las nuevas tecnologías.
El canal, que está disponible en la dirección www.cervantestv.es, está ofreciendo diariamente informes culturales, entrevistas, tertulias, música y documentales sobre la cultura en lengua española y sobre los más de cinco mil actos que se celebran anualmente en los casi 70 centros que tiene el Cervantes repartidos por el mundo. Las emisiones de Cervantes TV comenzaron el 12 de febrero en directo, y, con esta iniciativa, se pretende hacer que el Castellano y la cultura en general lleguen a los más jóvenes "que son, al final, los líderes del día de mañana y los que se tienen que acercar y aprender nuestro idioma y nuestra cultura convencidos de que es una herramienta para su futuro, estén donde estén, en Japón o en América", señaló la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel. Entre estos contenidos se encontrarán los documentales, como un especial sobre el IV Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en Cartagena de Indias, en marzo del año pasado. Para ello, la institución cuenta con más de 800 horas de grabación relacionadas con ponencias de los congresistas. Una segunda obra documental rastreará el camino seguido por exiliados españoles que partieron a ciudades como Toulousse, Nueva York o México.