Invitado por la Japan Foundation, el doctor en Filosofía y Letras, Norio Shimizu, repasó, en su reciente visita a la Argentina, las similitudes y diferencias entre el waka, el haiku y la lírica española, con el fin de concluir que, a pesar de la aparente diferencia entre el mundo Hispánico y el Japón, debemos buscar la universalidad.
“Modesto estudioso de la literatura y filología hispánica”. Así se presenta Norio Shimizu, Licenciado por el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Sofía (Tokio) y doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, cuya tesis fue dirigida por el prestigioso Rafael Lapesa. Más aún, además de sus actividades docentes en las universidades de Sofía y Tokio, Shimizu, de 57 años, cuenta con más de 10 publicaciones dedicadas a Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, y el Siglo de Oro Español, entre otros. También ha traducido al japonés al poeta mexicano Octavio Paz y a Jorge Luis Borges (La moneda de hierro, 1989), de quien ofició como intérprete en conferencias. En 1985, además, fue elegido miembro de la Real Academia Española e integra, en España, la Asociación de Historia de la Lengua Española, la Asociación de Hispanismo Filosófico, y la Asociación para la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera. Tal es el principio del curriculum de este “modesto estudioso”.
Con el acento y los giros lingüísticos característicos de los españoles, Shimizu -que visitó la Argentina invitado por la Japan Foundation- disertó el pasado 1º de marzo en la Universidad Católica Argentina (UCA) sobre el mundo poético japonés, género que consideró “arriesgado” debido al problema de la traducción. “Se ha discutido mucho acerca de la imposibilidad de traducir obras literarias, en particular la poesía -señaló-. Se dice que un poema, por ejemplo, es una obra perfectamente acabada y que no se puede repetir el mismo contenido acudiendo a otras formas, y menos utilizando una lengua ajena a la original. Es decir, es imposible dar una nueva forma estética a lo que ya la tiene”.
Aunque reconoce la “pedante” afirmación de que lo ideal sería leer en el original, planteó si, en ese caso, no se está traduciendo, de alguna manera, a nuestro lenguaje materno, y reconoció, casi a manera de conclusión, que “si no hubiese habido traducciones poéticas, buenas o malas, cuán pobre hubiera sido el mundo literario de cada país”.
En el caso del castellano y del japonés, el doctor Shimizu sostiene que traducir no significa ordenar lo horizontal en renglones verticales. “La tarea, metafórica, consiste, más bien, en buscar lo equivalente o correspondiente en el eje o en la dimensión vertical lo expresado a nivel horizontal”.
A partir de estas aclaraciones, el hispanista analizó la poesía waka (traducido literalmente, Canción Japonesa, que consta de 31 sílabas, 5-7-5-7-7), el haiku (de 17 sílabas, 5-7-5), y algunas diferencias y similitudes con la lírica española. Partiendo del primer corpus de lírica japonesa, el Manyoshu (“el título puede significar colección de 10.000 poemas -explicó Shimizu-. La verdad es que esta obra no contiene 10.000 poemas sino unos 4.500”), antología reunidos alrededor del 770 d. C., escritos por emperadores, emperatrices, altos funcionarios, soldados, monjes y damas de la corte.
“Como en el mundo Occidental -ejemplificó-, en el Japón también se ha dado una especie de amor cortés (tópico utilizado en las novelas de caballería, como en el Amadis de Gaula, y que refiere a la cortesía, a los buenos modales) y se intercambiaban formas amorosas”. Algunos de los ejemplos del disertante, poemas compuestos por mujeres, fueron:
La chicharra canta sola en su estación. Yo por ti lloro de lo que te añoro sin intromisión.
Rocío de montaña quisiera ser. Ese rocío en que antes te empapaste esperándome a mí.
En el Manyoshu, tal como dijo Shimizu, “hay muchísimos poemas dedicados al paisaje, de manera particular al Monte Fuji”. Y valiéndose de la cita de poetas, repasó algunas de las ideas recurrentes de estas canciones. “La canción japonesa, sirviéndose del corazón humano como semilla, se irá convirtiendo en miles y millones de hojas de la lengua”; “¿Qué es el corazón? El viento a través de los pinos dibujados a través de una acuarela”; “Si pregunta qué es el corazón japonés: flores de cerezo en la montaña, que dan su fragancia a la luz de la mañana”.
Waka y Romance
“¿No podríamos acaso comparar el waka con el romance?”, planteó el estudioso. Es que entre la composición surgida en la Edad Media (a partir del siglo XIV, compuesta por un número indefinido de versos octosílabos, con rima asonante en los versos pares y libre en los impares) posee caracteres que lo acercan y lo alejan del waka. “Si pensamos en el waka con las características del romance hay una diferencia notable y, al mismo tiempo, un parentesco: mientras que el waka tuvo su origen en la nobleza o en la gente educada, aunque después se propagó a la gente de la calle, el romance, desde el primer momento, tuvo carácter popular, aunque después empezaron a cultivarlo la nobleza y los escritores propiamente dichos”.
Otro detalle subrayado es que un romance original pudo haber sido modificado “por múltiples accionares dependiendo del gusto”, y que da lugar a otras variantes, con lo que se da -según expresó Shimizu- “el fenómeno de la participación de la colectividad” en la obra individual. “Rehaciéndola y retocándola, no sólo el autor se identifica con su público, y muchas veces se pierde en el anónimo entre la multitud, sino también los lectores se entremeten en la obra del autor”. En el caso del waka, el procedimiento es el siguiente: “Un poeta pide intencionalmente prestadas unas palabras de un waka original, y con esos elementos compone o desarrolla un nuevo waka. Esto se practicaba con bastante frecuencia, a veces como un mero juego, y otras con seriedad profesional”.
Shimizu enseñó otro rasgo compartido. “Muchos romances empiezan describiendo la situación en la que se encuentra el protagonista y termina de repente, en el momento de la tensión o del clímax […]. El Oyente, sin saber muy bien el desenlace del romance, se ve obligado a dejarse llevar por su imaginación. Don Ramón Menéndez Pidal (1869 – 1968, español y eminente estudioso de la literatura medieval española, al punto de ser el primero en valorizar el poema del Mío Cid) llamó a esta retórica del romance saber callar a tiempo. El gusto por saber callar a tiempo es tan hispánico como japonés. De hecho, un destacado ensayista japonés de la Edad Media, dice: En todas las cosas, cuales quiera que sea, la uniformidad es indeseable. Dejar algo incompleto lo hace interesante y nos da la impresión de que hay lugar para que crezca”.
Latinoamérica y el haiku
Luego de explicar el nacimiento del haiku (“se considera que el origen del haiku es el renga de la Edad Media”, sostuvo el doctor, un encadenamiento de versos de 17 y de 14 sílabas, hasta obtener 100 versos, en principio), se abocó en la tarea de rastrear el gusto latino por esta especie poética. “Quizás le suene bien a los hispanos la forma de haiku por la tradición antiquísima de la seguidilla. Esta seguidilla, que se puede remontar hasta la Edad Media española, consta de 7 versos hechos para el canto. Los 4 primeros forman la copla, y los 3 siguientes el estribillo […]. Además conocemos la existencia antigua de la seguidilla, llamada simple, esto es 5-7-5, que nos recuerda la medida del haiku. Aún así, la mayoría de los poetas hispanohablantes modernos y contemporáneos, han optado por el haiku y no por la seguidilla simple, porque la razón es, para mí, bastante simple: la seguidilla es de carácter popular, y su finalidad era ser cantada, hasta puede que se una al baile, mientras que el haiku pone más énfasis en el aspecto estático de la mente humana […]”.
Shimizu recordó que ya los modernistas (movimiento literario surgido en América a fines del siglo XIX), capitaneados por Rubén Darío, se ocuparon intensamente de temas orientales. “Se sabe que una mestiza cubano japonesa inspiró a los poetas modernistas Julián del Casal y Rubén Darío. Al unísono, en 1891, José Martí y Julián del Casal iniciaron el japonismo en las letras de Hispanoamérica […]. Hay otros escritores influenciados por el exotismo oriental: Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y el mexicano José Juan Tablada, quien tan sabiamente introdujo el haiku en Hispanoamérica. Borges también y Octavio Paz, nada menos”.
Con respecto al escritor argentino, hizo hincapié en que “en el libro Atlas, Borges escribe un relato fantástico sobre la invención del haiku, atribuido a los dioses que se compadecen de la humanidad. No puede haber mejor homenaje al poema japonés. Borges, aparte de 6 waka, en su obra Las cifras, dedicada a María Kodama, compuso 17 haiku, número mágico, de 5-7-5 sílabas. Dice, por ejemplo:
Bajo el alero Una vieja mano
el espejo no copia sigue trazando versos
más que la luna. Para el olvido.
“¿Cómo se hace un haiku?”, preguntó Shimizu, para luego responder: “Oigamos al gran maestro Basho: Que tu verso se parezca a una rama de sauce partida por la lluvia tenue, y a veces ondeando en la brisa”. También dice: “Nos busques las huellas de los anteriores, sino lo que han buscado esos anteriores. Esto me recuerda a (Miguel de) Unamuno, que dice: No mires a los ojos, sino la mirada”.
Al final de su exposición, sostuvo que en las ciencias humanísticas, “la llamada universalidad no nos viene dada a priori, sino que es algo que tenemos que seguir buscando por nuestra parte, con honradez, a pesar de la aparente diferencia entre el mundo Hispánico y el Japón. Quizás se trata de algo que Octavio Paz y Antonio Machado llaman la búsqueda de la otredad. En este sentido, la literatura o la literatura heterogénea no está ahí, quieta e inmóvil, sino que tenemos que buscar la universalidad hasta encontrarla de verdad, y ese esfuerzo hacia el encuentro puede ofrecernos unos frutos realmente inesperados y enriquecedores en todos los aspectos. Un sabio bonzo budista japonés, literato y filósofo a la vez, llamado Dogen, nacido justo en el 1200, nos dejó un consejo muy profundo referente a este encuentro: Alcanzar la eliminación del hombre es como si la luna se reflejase en el agua: no se moja la luna, ni se enturbia el agua”.
La literatura que ha venido cantando
la identidad del pueblo japonés
“Bien a través del waka o bien a través del haiku, la literatura tradicional del Japón ha venido expresando, o mejor, cantando, quizás inconscientemente, la identidad del pueblo japonés”, asegura Shimizu, para luego advertir: “Pero cuidado, en Japón no se solía cuestionar de manera clara la identidad, al menos hasta hace relativamente poco. Tanto es así que se ha usado, y se usa hoy también en japonés identity, para exprear este concepto”. Según la explicación que dio el estudioso, Japón, en su pasado “casi libre” de invasiones exteriores, se suele pensar que la identidad viene dada a priori, y en este aspecto dista mucho de España o de América Latina. “El soliloquio, o como diría Unamuno, el monodiálogo, acerca de la identidad de España o de Latinoamérica, ha sido una constante. Con la invasión Visigoda o Musulmana, España tuvo la necesidad de asimilar lo heterogéneo dentro de su propio terreno. La colonización latinoamericana supuso una complicadísima asimilación de los heterogéneo tanto para España como para Latinoamérica […]. Antes de salir de viaje he repasado, he repasado algo de literatura de estos países (Argentina, Bolivia, Uruguay y Chile), y me di cuenta una vez más que los grandes escritores latinoamericanos, siendo grandes patriotas de cada país, son, al mismo tiempo, grandes patriotas de América Latina […]. En la literatura japonesa moderna, la presencia de Occidente, aceptada o rechazada, habría de convertirse en el sello distintivo. La primera etapa de influencia occidental fue, inevitablemente, la invasión […]. El papel que jugaron los traductores del Japón fue decisivo para el desarrollo de la poesía moderna y contemporánea. La influencia Occidental se aceptó más en 1905, cuando se tradujeron magistralmente a los poetas parnasianos y simbolistas franceses. Las traducciones dieron a conocer las obras de (Charles) Baudelaire, (Stefan) Mallarmé, (Paul) Verlaine, que se convirtieron en seguida en favoritos de los intelectuales. Lo notable es que esas traducciones solían conservar los metros tradicionales
87 comentarios:
Justamente esta mañana hablábamos con alguien de literatura japonesa. Y vos sabés que evidentemente yo confundía el haiku con la poesía waka? Confundía su métrica. Ahora lo sé bien. He leído haikus de Borges (no habrá recreado la métrica, siendo un escritor superior?).
Acá va una sorpresa que ni te imaginás: tengo un haiku propio.
Ahora sí que no me podés decir que no te sorprendí.
En realidad, todo el texto me hizo pensar en que en definitiva el arte lo es porque es universal. ¿Qué importan las formas? ¿Es el contenido o la forma lo que hace a una obra de arte?
Mmm, bueno, algo sí. Yo tb habré escrito haiku. En el haiku, es el tema, la forma, todo hace que ese fragmento de tres líneas, tan condensado, sea arte.
Yo creo que el arte es el fondo, La Belleza, no la forma
El arte en general es belleza, pero la forma es un medio.
Y el medio hace al fondo?
Mirá: ya que ayer hablamos de haiku... El haiku japonés, por su espíritu Zen, por el sentimiento a la naturaleza que expresa, se dice que no es que hay que entender tanto lo que se dice, sino lo que no se dice.
Bien, entonces en algunos estilos de la literatura japonesa la forma hace al fondo?
La naturaleza en la literatura japonesa estaba muy presente.
Entonces por qué te molesta en Werther?
Que filosofa, que el tipo... bueno, tengo que terminarlo. La naturaleza, a su vez, se describe muy al frente, muy adrede
Bueno, es la idea. Entonces te molesta la naturaleza obvia?
Mmm, creo que la escritura ha evolucionado mucho. Hoy el acento està puesto en el còmo y no en el què. Me gusta que me cuenten grandes cosas, y de una manera original.
Bueno, eso es arte. Escribir sobre los grandes temas de siempre, de un modo distinto.
Sì, los grandes temas siempre son los mismos... (¿cuàles son?)
El amor, el paso del tiempo, la soledad, la condición humana...
Hoy hay que agregar la Identidad... (me gusta eso de la soledad).
Lo que se escribe hoy todavía no pasó el tamiz del tiempo para saber si es Literatura o no
Mmm, entonces el Código Da Vinci puede ser literatura dentro de 100 años?
No creo, pero lo que quise decir es que una obra es Literatura si pasa el tamiz del tiempo.
Hay cosas que ya se prevé que no serán recordadas, no?
No, una obra es literatura si tiene belleza. En donde hay belleza (creo que ya lo dije), hay literatura; en donde no la hay, podrá haber originalidad, pero no literatura
No estamos de acuerdo. Puede haber Belleza pero no trascender.
Ah, puede no trascender en su tiempo o viceversa, trascender después.
Me retracto. Si hay Belleza (con mayúsculas) si trascenderá. Lo que no sé es si algo que hoy te parece belo o lindo o bueno será Belleza o arte en definitiva.
Es que el concepto de belleza, como el de arte (o lo que se considera arte), va cambiando... No sé si el arte moderno trascenderá... Pero nosotros si estudiamos y vemos el arte del pasado, o no?
Es cierto que el concepto del arte va cambiando, en eso coincidimos. Lo que sí yo creo es que no toda expresión llamada artística es una obra de Arte.
Por ejemplo?
La gente común llama literatura a lo que escribe Coelho por ejemplo o a Isabel Allende
No quisiera decir "comñun", pero es lo qye vende, y literatura, a veces, se entiende como algo que tiene un libro.
Estamos de acuerdo? Tengo razón?
Sí, es así, pero no igual no me gustó eso de llamar "gente común".
No fue despectivo sino con la idea de calificar a la media
Entiendo, pero igual... (3 a 1? jaja)
Aca cuándo me ganaste?
No sé, en realidad voy contestando de abajo para arriba.
Pongámonos de acuerdo en cómo responder entonces
Ahora voy de arriba para abajo.
Bien, ahora sí
Bien
Terminamos?
Parece que sí.
Bueno. FIN
Ok, como queras (otra vez soy considerado)
No es lo que quiero, sino lo que surge de la conversa. Si pensás que la podemos retomar, reiniciá nomás
Punto final.
Quiero retomar.
Por qué te molestó lo de gente común? Cómo lo tradujiste vos?
Que "gente común" encierra a muchos... Gente que lee Best Sellers, que no lee, que lee poco, que no sabe qué leer... Sirve par algo la literatura, hoy, pleno siglo XXI?
La Literatura sirve para los que tenemos ideales y soñamos, aún despiertos. Para los que tenemos fe, para los que queremos otra cosa, para los que necesitamos compañía, para los que necesitamos ser comprendidos, para los que necesitamos ser consolados.
Para eso sirve la Literatura
Pero todo eso nos hace mejor? Me vengo planteando eso... da vueltas por mi cabeza... Hoy todo es velocidad, plata... Para ser feliz, la mayoría, busca otras cosas, no libros.
Claro que el arte te hace mejor. Te hace mejor con vos mismo y luego con los demás. Por suepuesto que el mundo de hoy no es propicio para la Literatura, por eso te dije para qué me sirve a mi y a otros como yo.
Lo qeu busca cada uno para ser feliz no lo sé, tampoco sé si se busca o te llega
Se busca, pero también llega, o no?
Y para qué nos sirve, entonces? En tu caso, vos tenés tu profesión, y la literatura es esparcimiento, entre otras cosas.
No lo sé. No sé si un día.. plim!!!! Llego la felicidad. Dicen que se hace de a poco. No sé.
Ya te dije para qué me sirve la literatura y también te dije que es esparcimiento como última opción. Es muchas otras cosa más antes que esparcimiento. Es la posibilidad de creer y de pensar y de sentir
M... para qué sirve! Justo (parece que los libros se me acercaran a hablar), leyendo la última parte del ensayo de Bordelois (El país que nos habla), ella habla de la cultura, específicamente en la Argentina, como algo colectivo que se transmite sin costos, porque se siente como una marca de la identidad y, fundamentalmente, porque asociamos la cultura al placer, pero placer comunitario. Un ejemplo serían los grupos que concurren a escuchar poesía en algún sótano, los que se juntan a leer o estudiar en algún barcito... Felizmente, dice que estos lugares son los de "resistencia" frente a aquellos que quieren aniquilar nuestra mente (mayoría de los programas de TV y radio y otros).
Y para vos para qué sirve la Literatura?
Eso es lo que quiero saber! Para qué sirve hoy o para qué debería servir!
Por qué tan universal la pregunta? No te sirve saber para qué te sirve a vos?
Me gusta leer, saber, y también compartir mi saber. Lo que digo es que, socialmente, quizá no sea una carrera bien vista, ya que no da plata (es mejor ser médico o ingeniero, no?)
Yo no creo que sea una carrera mal vista para nada, al contrario. Es más, ayer en la playa, hablando de muchas cosas, me sugirieron que yo estudiara Letras.
"Mal vista", digo en el sentido de que no produce "plata".
¿Estudiarías Letras? ¡Bien!
Entonces no es mal vista sino al pedo. Mal vistas son para mi las cosas que atentan conrta la moral y las buenas costumbres.
No sé si estudiaría Letras. TEngo varias dudas al respecto.
Bueno, algo inútil! Casi nadie de mi entorno (salvo mis padres), me entienden, o sea, me dicen, para qué sirve Letras? De qué vas a vivir? Bueno, algunos dicen que sí, que al ser periodista me va a ayudar mucho.
Uy qué cagada que te mandaste!!!!! Lo útil es lo que te da dinero?
Ahora resulta que tus padres te entienden, me alegro.
Claro, claro, lo útil, lo que sirve, lo que está bien visto socialmente, es el dinero, sinónimo de éxito. Acaso abajo no decís que es el dinero el que mueve al mundo? Bueno, yo creo que no es sólo eso, que hay otras cosas. Espero no estar sólo en el mundo.
Qué es útil para vos entonces?
Creo que es útil saber, conocer.
Entonces para vos tu carrera es útil. A la mierda entonces con las opiniones que dicen lo contrario
Sí, para mí sí.
Hoy me dijeron al go muy interesante de la Literatura, que quizá uso en mi Diario
Veremos.
Ya lo usé.
Ya leí! Me gustó, me gusta cómo hilás todo.
Mirá si soy una cronista oculta?
Te digo algo, escribís mucho mejor en tu diario que acá (usás menos adjetivos, o los justos, por lo menos). Eso me parece.
Bueno, debe ser que mi Diario me genera más espontaneidad y acá incosientemente no puedo ser yo del todo.
Mmm, yo, al principio, dije que todos se tenían que sentir cómodos, pero veo que nadie lo siente.
No dije que me siento incómoda. Donde me sentí incómoda no escribí más. No cambies las cosas, qué te pasa?
ja, bueno, ok, no te sulfures!
Por qué esa manía por cambiar todo Fede? La verdad..
Bueno.
La verdad... qué?
Nada. Imaginate la respuesta
Te canso.
A veces sí, pero no en el sentido en que vos lo podés entender
A ver?
Me cansa cuando no hacés el esfuerzo por prestar atención, me canso cuando respondés con monosílabos porque siento como que me hacés un favor y me siento mal
Ya lo sé. SIgamos arriba.
Arriba de dónde?
En las otras notas. Punto final
OK
Publicar un comentario