12/20/2005

Facundo, relato de una pasión

«La civilización se viste de frac, la barbarie no ». La frase pertenece a José Pablo Feinmann, filósofo, escritor y columnista del diario PÁGINA/12. Y aunque su texto, titulado «Oriente en el Facundo», es una crítica a la «cruzada» que encabezó George Bush contra el Islam, ha sido inspirada en el Facundo de Domingo Faustino Sarmiento, un declarado admirador del modelo republicano de los Estados Unidos.
«La palabra bárbaro viene de los griegos y la retoman los romanos -explica Feinmann-Brevemente: designa lo Otro, lo Otro absoluto, lo inintegrable. Aquello que jamás será parte nuestra, y que debemos ignorar o, si es necesario, destruir, pues con belicosa frecuencia la barbarie muestra, no sólo como lo Otro de la civilización, sino como una fuerza que se alza para destruirla. A lo largo de la historia, la civilización, no obstante, se las ha ingeniado para destruir a la barbarie, que es, entre tantas otras cosas, infinitamente seductora».
Sarmiento se ve seducido por Facundo Quiroga, a quien llama «el personaje histórico más singular, más notable». Quiroga es para Sarmiento ese personaje «de estatura baja y fornida»; de «anchas espaldas» que «sostenían sobre un cuello corto, una cabeza bien formada, cubierta de pelo espesísimo, negro, ensortijado (...); es aquel cuya «estructura de su cabeza» revelaba «la organización privilegiada de los hombres nacidos para mandar».
Sobre la base de algunas anécdotas y otras fuentes sobre el caudillo riojano, el intelectual por quien se conmemora el Día del Maestro, afirma en su libro más conocido que ve en Quiroga al «hombre grande, el hombre de genio, a su pesar, sin saberlo él, el César, el Tamerlán, el Mahoma ». Pero está claro que a ese que ve lo observa como a un Otro, como a alguien distinto, o, como diría Tzvetan Todorov, un sujeto a quien su punto de vista separa y distingue de él mismo.
Se interpreta que el Facundo buscaba, además de mostrar el enfrentamiento de la civilización contra la barbarie y repasar un panorama geográfico, político y social del país, el desprestigio de los caudillos, principalmente el de Juan Manuel de Rosas. El restaurador, según Sarmiento, es el «hijo de la culta Buenos Aires, sin serlo él », y quien hace el mal sin pasión. Facundo, por el contrario, «es el mal con pasión». Es en este punto en el que Feinmann, ya en otro libro, un ensayo titulado La sangre derramada -el cual busca las causas de la violencia en nuestro país-, señala que Sarmiento se equivocó en parte. «Facundo no era el mal. Pero Facundo, sí, era la pasión ».
En el caso del filósofo, la figura del Tigre de los Llanos es evocada para «vislumbrar muchas de las facetas de intolerancia y desdén por la vida humana que conducen, siempre, al crimen político». De esta manera, Feinmann indaga en las visiones de diferentes historiadores. Así, muestra que para Vicente Fidel López («hijo del autor del Himno Nacional», aclara), «Facundo es un “personaje siniestro”; para «los historiadores revisionistas», es el héroe de las provincias, y, finalmente, para el historiador, abogado y militante del «peronismo combativo», Rodolfo Ortega Peña, el caudillo es un defensor de los intereses nacionales que lucha contra el imperialismo inglés.

El vengador
La venganza es unas de las características de Quiroga, según resalta Sarmiento. El capítulo V se inicia con la anécdota del gaucho que precipitadamente se ve obligado a abandonar San Luis. En medio del «triste y desamparado» desierto, y el hambre y la sed, oye bramar a un tigre cebado. El gaucho arroja la montura a un lado, trepa la copa de un árbol y, durante dos horas, se queda observando a la fiera. «(...) La postura violenta del gaucho y la fascinación aterrante que ejercía sobre él la mirada sanguinaria, inmóvil, del tigre, del que por una fuerza invencible de atracción, no podía apartar los ojos, habían empezado a debilitar sus fuerzas (...) ». Recibe, sin embargo, la ayuda de sus amigos, quienes desenrollan sus lazos y lo echan sobre el tigre. La víctima pasó a ser la fiera: del gaucho recibió dos puñaladas en venganza por la agonía que pasó. «Entonces supe lo que era tener miedo», dijo Quiroga a un grupo de oficiales.
Otra escena, otra anécdota que lo tiene como protagonista, es cuando, luego de haber trabajado durante un año, recibe su sueldo, unos setenta pesos de la época. Monta su caballo, sin rumbo, y encuentra una pulpería, lugar en el que apuesta y pierde todo. Nuevamente sube a su caballo y parte sin dirección. Ahora, en el camino, se encuentra con un juez que lo detiene para pedirle su papeleta de conchavo. «Facundo aproximó su caballo en ademán de entregársela, afectó buscar algo en el bolsillo, y dejó tendido al juez de una puñalada», escribió Sarmiento, y luego se pregunta: «¿Se vengaba en el juez, de la reciente pérdida? ». La conclusión a la que llega el autor, es que las venganzas «son frecuentes» en la vida de Facundo Quiroga, y ejemplos tiene de sobra: hacía dar azotes a un coronel «por haberle ganado mal»; un joven recibió doscientos «por haberse permitido chanzas en momentos en que él no estaba para chanzas», y otros doscientos fueron para una mujer que lo saludó cuando él «iba enfurecido» por no haber podido intimidar a un pacífico vecino.
Feinmann también cuenta que Quiroga mató por venganza: hizo fusilar a los oficiales de Rodeo de Chacón por su propio capricho. Aunque para el filósofo, en el contexto social de 1835, la impunidad, el «desdén por la vida humana que existía en la bárbara argentina (...) », abre el espacio para los crímenes, y Rosas, que durante su primer gobierno se presenta como el vengador de Dorrego, durante su segundo mandato es el vengador de Facundo.

Hombre de salón
No era ladrón, «nunca robó, aún en sus mayores necesidades». Le gustaba pelear, y tenía «mucha aversión a los hombres decentes». No sabía tomar, y «de joven era muy reservado». Nunca confesó, rezó o escuchó misa, pero tenía agoreros o fue adivino . Esto, junto al deseo de aterrar, «de infundir miedo», son datos que, para Sarmiento, resumen toda la vida privada de Quiroga. «Facundo es un tipo de la barbarie primitiva: no conoció sujeción de ningún género; su cólera era la de las fieras (...). Mataba a patadas (...); arrancaba ambas orejas a su querida porque le pedía, una vez, 30 pesos para celebrar un matrimonio consentido por él (...). Abría a su hijo Juan la cabeza de un hachazo, porque no había forma de hacerlo callar; daba de bofetadas, en Tucumán, a una linda señorita a quien ni seducir ni forzar podía.
Hay en Facundo, sin embargo, cierta sabiduría, ingenio, conocimiento de la naturaleza humana, y Sarmiento lo expone con otra anécdota. Para descubrir al ladrón dentro de una tropa, Quiroga hace formar a los hombres. A cada uno les hace cortar varitas de igual tamaño, y luego les dice que aquel cuya varita «amanezca mañana más grande que las demás, ése será el ladrón». Al día siguiente, cuando ordena filas, el caudillo verifica las varitas y la de un soldado aparece más corta que las otras .
En otra ocasión le traen a un gaucho y le cuentan que ha robado una yunta de bueyes. «¿Es así?», pregunta Quiroga. «No», responde el gaucho, con la mirada baja y haciendo marcas en la tierra con el pie. «Este hombre es culpable», dictamina Quiroga y ordena que lo azoten. «(...) Cuando un gaucho, al hablar, esté haciendo marcas con el pie, es señal que está mintiendo ». Y efectivamente, el gaucho, posteriormente, confesó que había robado una yunta de bueyes.
Si Sarmiento usa como fuente lo que le relata «un hombre iletrado, un compañero de infancia y de juventud de Quiroga», para así afirmar que el caudillo nunca escuchó misa, Feinmann se vale de la conclusión de Ortega Peña, quien sostuvo que Facundo, con una bandera negra que decía «Religión o Muerte» defendió el catolicismo y, de esta manera, a la nación en contra del imperio británico. La interpretación, explica Feinmann, es que la religión otorgaba cohesión e identidad, y esto, lejos de ser percibido como un fanatismo, «era fruto de una clara percepción cultural: un país agredido por el imperialismo debe aferrarse a todo aquello que consolida su unidad nacional, su identidad, su rostro como nación autónoma».

«La civilización se viste de frac, la barbarie no». El colorado, para Sarmiento, es el color de la barbarie , el color que simboliza el terror y la sangre. Se pregunta: «¿Es casualidad que Argel, Túnez, el Japón, Marruecos, Turquía, Siam, los africanos, los salvajes, los Nerones romanos, los reyes bárbaros (...), el verdugo y Rosas, se hallen vestidos con un color proscrito hoy día por las sociedades cristianas y cultas? », y agrega: «Toda civilización se expresa en trajes, y cada traje indica un sistema de ideas entero (...); cada civilización ha tenido su traje, y cada cambio en las ideas, cada revolución en las instituciones, un cambio en el vestir (...); la moda no la impone al mundo, sino la nación más civilizada (...). Los argentinos saben la guerra obstinada que Facundo y Rosas han hecho al frac y a la moda».
Para Feinmann, en cambio, Quiroga no fue el «bárbaro irracional que se han empeñado en dibujar Sarmiento y Paz », o, en todo caso, fue alguien que, de Tigre de los Llanos, llegó a ser «un constitucionalista elegante, de modales y gustos porteños, que ha pulido prudentemente su barba y sus bigotes, que sólo desea bregar por la definitiva organización de la República. En fin, un estadista y no un guerrero ». Es, también para el filósofo, un compulsivo jugador, un sagas político, un dandy, un mecenas que le da la posibilidad a Juan Bautista Alberdi de ir a estudiar a los Estados Unidos.
Es verdad que el perfil que Sarmiento escribe sobre Quiroga, pinta, efectivamente, a un Otro absoluto, a un bárbaro, a un caudillo. Esa imagen, sin embargo, no debe ser entendida negativamente ya que, según una visión providencialista, los procesos negativos actúan como estímulos, y en lo histórico, concretamente, implica el cumplimiento de un plan hacia el progreso, la civilización y la libertad. Además para Sarmiento, el hombre es tanto el que encarna las fuerzas del bien, como así también el que pone en juego las fuerzas del mal. Esto no quita que, a lo largo de la historia, la civilización se las haya ingeniado para destruir a la barbarie, que es, entre tantas otras cosas, infinitamente seductora.

111 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si queda del todo claro que Facundo es un "personaje" que te simpatiza.
De todos modos me gustaría hacer algunos comentarios que tienen que ver con todo lo que venimos hablando.
Bárbaro, en latín, significa extranjero. Y creo que ése es el sentido que un hombre instruído como Sarmiento quiso darle a la palabra.
Si sólo pensáramos que bárbaro es el otro, no necesariamente tendríamos que hablar de exclusión. Hay un otro porque existo yo. Y el otro y yo podemos formar parte de algo común.
Ahora, el extranjero es precisamente el que no es como yo, el que está afuera, el que es de afuera.
Creo que íntimamente Sarmiento quiso negar la argentinidad de esa época, argentinidad que estaba conformada tanto por los gauchos (cuya sangre él recomendó no escatimar y a quienes llamó bárbaros) como por los ilustres unitarios de Bs. As.

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Facundo, como personaje, me fascina (igual que Matasiete, el personaje de Echeverría en El matadero).
Con respecto a la teoría del otro, ya voy a subir otra cosita. Bueno, coincidimos bastante.

Anónimo dijo...

Y Juan Manuel?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Juan Manuel... no sé, no le presté mucha atención

Anónimo dijo...

Es una personalidad fuerte, federal, acostumbrado a matar. De hecho lo mandó a matar a Facundo. ¿Juan Manuel te ha pasado inadvertido?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No se sabe con certeza si fue Juan Manuel... ¿o sí? Hasta lo que sé, no.

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Ah, ahora subí un análisis sobre El matadero, la época de Rosas y el carnaval.

Anónimo dijo...

Juan Manuel envió a los hermanos Reinafé a Barranca Yaco a matar a Facundo. Por tercera vez te digo que leas la Historia de José María Rosa, muy documentada.

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Bueno, eso lo sé, pero, ¿acaso hay certeza? No, me parece que no... Se cree que fue él, pero no se asegura.

Anónimo dijo...

Muy DOCUMENTADA
Los documentos no dan certeza?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Son pruebas... no sè si dan certezas. E insisto, no es seguro que a Faucndo lo haya mandado a matar Rosas.

Anónimo dijo...

Las pruebas dan certeza, no estudiaste Derecho vos?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No, las pruebas justifican, pero eso no quiere decir que nos muestra la verdad.

Anónimo dijo...

A ver cómo es eso? Me explicás por favor?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Pensè que hablabas en tèrminos jurìdicos, y vos sabès bien que una prueba no necesariamente demuestra la verdad (ja, la verdad es algo trascendente)

Anónimo dijo...

En términos jurídicos una prueba acredita o no los hechos que se denunciaron. Si esos hechos son verdad o no es otra cosa.

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Bueno, a eso voy... La verdad es algo que no creo que se descubra a travès de pruebas, o no siempre con ellas

Anónimo dijo...

Y se puede descubrir la verdad?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Ciertas cosas sí, q sé yo. La verdad es algo trascendental!!!!! (ja), así como la belleza y la bondad

Anónimo dijo...

Yo tengo mis serias dudas acerca de si nos estará dado conocer la Verdad.
La Belleza y la Bondad me parece que sí

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Acaso la verdad... Dios es la verdad, y nosotros podemos conocerlo.

Anónimo dijo...

Podemos sentirlo, intuirlo, pero no todos. Para "verlo" tendremos que estar a Su lado luego de morir

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Claro, hace falta fe... (verlo? yo no dije verlo... cómo llegamos a esto?)

Anónimo dijo...

Vos no dijiste verlo, yo lo dije. Vos sos un hombre de fe?

Anónimo dijo...

Sos católico?

Anónimo dijo...

Qué raro

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

bueh... por?

Anónimo dijo...

Pensé que tendrías una religión oriental

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

jajaj, no! (quizá algunas creencias y costumbres). Ahora, por ser "oriental", ¿pensás que sé karate y todo eso?

Anónimo dijo...

Bueno, me dijiste que practicaste una arte marcial. Y claro, creo que excepto ´por el fútbol, tenés más costumbres y gustos orientales que occidentales

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Te parece? No, la verdad que no.

Anónimo dijo...

A ver veamos: Literatura citás más orientales que occidentales. Leer creo que leés mitad y mitad. Cine: no recuerdo que hayas nombrado a algún director occidental. Mujeres: todas orientales. Sigo?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Pero como asado, miro tele de acá, radio de acá, y vivo en Bs As! jajaja (N de R: nací en Capital Federal)

Anónimo dijo...

Llevás colaciones orientales, te gustan más los silencios que el ruido, trabajás en un medio japonés, pertenecés a la colectividad como si éste no fuer aun país de inmigrantes... Sigo?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Bueno, es una mitad. La disfruto.

Anónimo dijo...

Me parece que más que el 50%

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Bueno, no soy perfecto!

Anónimo dijo...

Ya lo sé, pero qué tiene que ver eso con la pérfección. Yo te estoy dando mi impresión

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Es una expresión, nada más. (ufffff)

Anónimo dijo...

Acá también terminamos entonces?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No quiero que todos se enteren de los problemnas de identidad que tengo, que sufro, que aún no he resuleto (jajaja, bueno, acaso alguno lo ha hecho?)

Anónimo dijo...

No creo que sean "problemas" estrictamente hablando. De todos modos, pensás que te hacen más vulnerable? Por qué no querés que todos se enteren? Podemos redireccionar la conversación.

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Bueno, es una manera de decir. Estoy investigando, ya te dije, sobre eso.

Anónimo dijo...

Estás investigando? En tu interior? En todo caso estás haciendo introspección. Porque "investigando" me suena a muy científico. O estás investigando que le pasa a otros con el mismo tema?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No sólo en mi interior. Leo otras experiencias, pregunto, escribo.

Anónimo dijo...

Te sentís acompañado con lo que les pasa a los demás?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No acompañado, pero a veces son como un espejo.

Anónimo dijo...

Te sentís identificado, entonces

Anónimo dijo...

Y te ayuda sentirme identificado?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No es que me ayuda a sentirme identificado: te identifica o no. Ya te dije.

Anónimo dijo...

Si entiendo. Pero te ayuda en algo sentirte identificado con lo que les pasa a otros?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Sì, me ayuda a pensar en mì.

Anónimo dijo...

Ah, interesante postura. A mi no siempre me sirve saber que a otros les pasa lo mismo

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Bueno, fijate. Es como un espejo en donde mirarse.

Anónimo dijo...

Si, pero es mal muchos consuelo de tontos también

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No entiendo (me dijiste tontos, a veces?)

Anónimo dijo...

No, no dije que vos seas tonto para nada. Te quise explicar por qué a mi no me sirve mucho eso de la identificación con lo que les pasa a otros.

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

jaja, ya sé. Peor igual no entiendo eso de que a vos no te sirve.

Anónimo dijo...

Si yo tengo un problema, un conflicto y sé que a otros les pasa lo mismo que a mi, a lo sumo me ayuda para saber que no estoy fuera de foco, que no soy anormal, que no estoy loca. Pero, ante el problema, sigo estando sola. Entendés ahora?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

sí, ahora sí.

Anónimo dijo...

El dolor siempre es solitario.

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No sé, aunque sí cada uno lo siente a su manera.

Anónimo dijo...

Dame un ejemplo de dolor no solitario

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Cromañon

Anónimo dijo...

Cromagnón es un ejemplo de un dolor de muchos no de que en el dolor uno está solo

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Pereo vos me pediste no solitario. No entiendo, entonces?

Anónimo dijo...

Que el dolor de Cromagnón es de cada uno de los afectados, por ende solitarios, con la particularidad de que son muchos los dolidos, pero eso no lo hace un dolor no solitario. Entendés?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Pero a mi me dolió, y supongo que a mucha gente también. Vísperas de fiestas, un luto general!
Dame vos un ejemplo!

Anónimo dijo...

A mi también me dolió, pero era mi dolor y nadie lo podía sacar.
No tengo ejemplos porque creo que el dolor es solitario. En el abismo del dolor uno está solo, por más que te acompañen.
Creo que hay una única excepción, pero yo no la he vivido, que es el dolor que siente por vos quien te ama

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Ahí también es solitario, si la otra persona no siente lo mismo y no le interesás, o no?

Anónimo dijo...

El dolor que siente por vos quien te ama dije. Cuando amás, quizá te duele más que al otro su propio dolor.

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Ah, creí que hablabas de amor no correspondido. En realidad, no entiendo bien a qu´ñe te referís

Anónimo dijo...

El amor no correspondido es un dolor solitario, claro.
Digo que creo que el único ejemplo de amor compartido es el que se siente cuando amás a otro. Cuando tu amado sufre, vos sufrís con él, del mismo modo y quizá con más intensidad. Ése sí es un sólo dolor pero de dos

Anónimo dijo...

Los puntos suspensivos son duda?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No, iba a decir algo, quería decir algo, pero no sé qué.

Anónimo dijo...

No sabés o no te animaste? Estás disperso, eh

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No, no supe. Muy disperso

Anónimo dijo...

Mmm. Cómo me suena a mentira. El finde te concentró más o no?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No, no supe. El finde descansé!!!!

Anónimo dijo...

Fede, me cuesta creer que vos alguna vez no sepas qué decir. Pero sigamos a tu modus, es tu blog.
A veces el descanso te despeja la dispersión

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Alguna vez? Muchas vces no sé que decir! Muchas veces no tengo nada que decir! Y muchas veces no quiero decir nada! Nunca te pasa? A mí sí, con frecuencia... En realidad, tengo qué decir, pero no lo digo porque quizá no me van a entender, porque quizá no da para explicar todo, porque quizá no tengo ganas, porque quizá es mejor no decir.

Anónimo dijo...

No, no me pasa. Cuando yo digo "no sé qué decirte" en realidad lo digo porque sé que diga lo que diga no va a ser suficiente. Se me ocurre por ejemplo cuando alguien ha perdido a un ser querido. Nada de lo que le diga le va a servir.
En general yo siemprte tengo algo para decir, no necesito hacer siempre un comentario profundo, pero si mantengo una relación con alguien, la verbalidad es esencial.
Con el tiempo he empezado a no decir algunas veces, pero por el otro, no por mi. Si fuera por mi yo siempre diría lo que quiero decir.
Cuando yo siento que no me van a entender, en realidad es porque pienso que no me van a dar la razón o porque no puedo expresar claramente lo que me pasa. Y en esas ocasiones digo eso: no me vas a entender y si me piden, trato de explicar.
Y tampoco tengo problemas en explicar todo, claro que todo lo que yo quiera explicar. No cuento todo, eso es claro. Cuento mucho menos de lo que parece, pero no amago en esos casos. Directamente ni doy pistas.

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Ah, eso de cuando alguien pierde a un ser querdio... Por eso, la mayoría de las veces es mejor, para mí, no decir nada y sólo dar la mano o un abrazo.

Anónimo dijo...

Y claro, qué vas a decir? Todo depende de quién sea el deudo, no?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Sí, puede ser.

Anónimo dijo...

A ver. Explicame vos tu teoría al respecto.

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Que es mejor no decir si uno no quiere, y yo no digo casi la mayoría de ls veces. Callo, ahora, lo interesante sería que el otro se diera cuenta de mi silencio y lo supiera interpretar, cosa que casi nunca pasa.

Anónimo dijo...

Es una directa? Vos tampoco intepretás los silencios muchas veces

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No, no es una directa. Bueno, no soy tan bueno, no sé muchas cosas, pero soy consciente de ello.

Anónimo dijo...

Yo también.

Anónimo dijo...

Que no vale la pena que te pongas en víctima

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No me puse en víctima!

Anónimo dijo...

A ver entonces: decime cinco cosas para las que sos bueno y lo sabés perfectamente

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Escribir, escuhar, trabajar en equipo... Soy creíble (soy bueno haciendo que me crean), y era bueno para los deportes (hoy ya estoy echo m...).

Anónimo dijo...

Bien. Ahora 5 cosas para las que no sos bueno

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Negociar, chamuyar, cocinar, planchar, en matemáticas.

Anónimo dijo...

Ahora qué tipo de literatura te gustaría escribir

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Uh... de todo, lo que me salga, lo que me surja. No creo que me encasillaría en Policiales, Ciencia Ficción, Terror...

Anónimo dijo...

Ahora qué tipo de literatura te gustaría protagonizar

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Lo mismo que arriba, ninguna en especial... aunque me gustaría ser un caballero medieval.

Anónimo dijo...

Qué es lo que te atrae de los caballeros medievales?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Como a todos: es algo romántico... Además, la valentía, el honor, las doncellas... Esas cosas.

Anónimo dijo...

Si, pero suelen pelear por imposibles...

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Sí!!! Me gusta eso!

Anónimo dijo...

Y no te desgasta?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Siendo caballero, no!

Anónimo dijo...

Entonces sí sos un caballero. Puedo saber por qué imposible estás peleando ahora?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

Porque no soy perfecto, porque los caballeros no son perfectos!

Anónimo dijo...

No tiene nada que ver la rta. con lo que te pregunté: por que imposible estás luchando ahora?

Pájaro Que Da Cuerda dijo...

No quiero luchar por un imposible ahora, y no siempre se lucha por eso. Así lo creo, porque, si no, ¿para qué gastar energías en un imposible? ¿Para que algún día se haga posible? Metas cortas tengo ahora, pero con un objetivo a largo plazo.

Anónimo dijo...

Ah, oK. Ahora te entiendo. A mi siempre me ha dado miedo o me ha molestado eso de ponerme objetivos. Implíticitamente creo que lo he hecho, pero no me gusta mucho