12/28/2005
La belleza ante los ojos de los demás
¿Lo bello será el gusto de la mayoría? Aquello que se percibe como bello, depende de ese alguien, de otro sujeto que contempla. Se clama por lo que, popularmente, se considera lo mejor, lo que es costoso, lo que está de moda.
Hace tiempo ya que se habla del barro y sus cualidades cosméticas. Si uno unta el barro en todo el cuerpo por un lapso que puede ir desde media a una hora, por lo menos dos veces al mes, año tras año, obtendrá una piel hermosa y con vitalidad, se promete. Es que el barro o lodo constituye un material natural, de variadas procedencias y composiciones minerales, que tiene propiedades refrescantes. Cuando se evapora el agua de su estructura, se transforma en un elemento libre de contaminación y con las cualidades de tonificar, desinfectar, hidratar, estimular, pulir y depurar la piel. El barro puede proceder de terrenos volcánicos, áreas cercanas a manantiales o lagunas, y del fondo del mar. De los de terrenos volcánicos, los más reconocido provienen de la Argentina, Italia y Japón. Griegos, romanos, árabes y otras civilizaciones la han utilizado, pero -casi exclusivamente todo lo contrario a hoy- para el tratamiento de distintas enfermedades. (El lodo se lo puede utiliza para combatir congestiones, problemas de riñones, estómago, hígado, vientre y otros “desarreglos en los órganos internos”, como las flatulencias, el mal aliento, las úlceras, etcétera.)
Pero también los griegos, el hombre medieval y los que los siguieron (sin excluirnos, para nada, a nosotros), tuvieron su ideal estético. A propósito, referido a este tema, se ha editado en la Argentina Historia de la belleza, de Humberto Eco, quien rastrea, a lo largo de 2.500 años, el ideal de lo bello. En el último capítulo del ensayo, referido a las vanguardias versus los medios de comunicación, Eco plantea la mirada de un “historiador del arte del futuro o un explorador llegado del espacio” (“imaginemos”, pide) para constatar, con una mirada “desde lejos”, cuál ha sido lo característico en materia de belleza durante el siglo XX, aunque luego señala que “nosotros no podemos mirar desde tan lejos”.
Lo que aquí importa de la frase, como ejemplo, es subrayar la “mirada”, la percepción del otro sobre lo bello.
Y justamente, siempre hay un sujeto, un yo, alguien, que observa, que contempla, un objeto u otro sujeto. Y es así porque cuando existe un solo participante, único y total, no hay lugar para un acontecer estético. Mijaíl Bajtín, lingüista y crítico ruso, en Estética de la creación verbal, sostiene que “la conciencia absoluta que no dispone de nada que le fuese extrapuesto, que no cuenta con nada que la limite desde afuera, no puede ser estetizada […]”. Agrega que ni siquiera viéndonos en el espejo, ya que “permanecemos dentro de nosotros mismos y vemos tan sólo un reflejo nuestro que no puede llegar a ser un momento directo de nuestra visión y vivencia del mundo: vemos un reflejo de nuestra apariencia, pero no a nosotros mismos en medio de esta apariencia, el aspecto exterior no me abraza a mí en mi totalidad; yo estoy frente al espejo pero no dentro de él; el espejo sólo puede ofrecer un material para la objetivación propia, y ni siquiera en su forma pura”. Es decir que, en este caso, también se contempla a otro.
Un filósofo y teólogo contemporáneo suizo, Hans Urs von Balthasar, sostiene que la belleza, al igual que el amor, no se explica; que ella es su propia explicación. Al hablar de lo que en filosofía se denomina “trascendentales” (la belleza, la verdad y la bondad), pone el ejemplo de un bebé, el cual, al sonreír, capta todo el amor de la madre. Es ahí cuando se da lo que Balthasar define como “experiencia originaria”, o sea, el despertar de la conciencia, el cual viene de afuera, de la madre, y que hace tomar conciencia luego al niño de que el ser es bueno, verdadero y bello. Así, en este encuentro entre la madre y el niño, se dan cuatro cosas: 1) que él es uno en el amor con su madre, al tiempo que él no es la madre; 2) que este amor es bueno y, por lo tanto, el ser es bueno; 3) que este amor es verdadero y, por consiguiente, el ser es verdadero; 4) que este amor provoca alegría y gozo y, de esta manera, todo ser es bello.
En la misma línea de pensamiento de amor, belleza y el otro y su mirada, se encuentra el ensayista, historiador y filósofo búlgaro Tzvetan Todorov, quien asegura que el lactante, entre la séptima y la octava semana de vida, “hace un gesto que no tiene igual en el mundo animal”, y no se contenta con mirar a la madre, sino que trata de capturar su mirada para ser mirado. “Quiere contemplar la mirada que lo contempla: éste es el acontecimiento gracias al cual el niño entra en un mundo inequívocamente humano”, asegura, y, por ello, la existencia específicamente humana comienza con el reconocimiento de nosotros mismos por parte de otro ser humano.
Esa dependencia del otro, anecdóticamente la relata en El libro del té, Kakuzo Okakura: “Recuerdo al respecto una historia acerca de Kokori-Enshiu. El maestro era elogiado por sus discípulos por el gusto admirable que había demostrado al seleccionar su colección. Dijeron: ´Cada pieza es tal que nadie podría dejar de admirarla. Demuestra que vuestro gusto es superior al de Rikiu, pues su colección sólo podía ser apreciada por un espectador entre mil´. Enshiu contestó con tristeza: ´Esto sólo demuestra lo trivial que soy. El gran Rikiu se atrevía a amar sólo aquellos objetos que lo atraían personalmente, mientras que yo, inconscientemente, trato de satisfacer el gusto de la mayoría; en verdad, Rikiu era de aquellos maestros de té de los que se encuentra uno entre mil”.
Múltiples apreciaciones
El criterio, la apreciación, el gusto, influyen a la hora de decir esto es bello, esto no. Otro ensayo clásico japonés, El elogio de la sombra, escrito por Junichiro Tanizaki en 1938, diferencia las concepciones estéticas entre Occidente y Oriente. Mientras en el primero su aliado es la luz, en el segundo lo es el enigma de la sombra. “En realidad, la belleza de una habitación japonesa, producida únicamente por un juego sobre el grado de opacidad de la sombra, no necesita ningún accesorio. Al occidental que lo ve le sorprende esa desnudez y cree estar tan sólo ante unos muros grises y desprovistos de cualquier ornato, interpretación totalmente legítima desde su punto de vista, pero que demuestra que no ha captado en absoluto el enigma de la sombra”.
Okakura también escribió: “Sin embargo, debemos recordar que el arte tiene valor sólo en la medida en que es capaz de hablarnos. Sería un lenguaje universal si nosotros mismos fuéramos universales en nuestras simpatías. Nuestra naturaleza finita, el poder de la tradición y los convencionalismos, así como nuestros instintos hereditarios, reducen el alcance de nuestra capacidad para el goce estético. Es nuestra propia individualidad la que en cierto sentido establece un límite a nuestro entendimiento, y nuestra personalidad estética busca sus propias afinidades en las creaciones del pasado. Es verdad que nuestro sentido de apreciación estética se agranda al cultivarlo, y nos volvemos así capaces de gozar de expresiones de belleza hasta entonces desconocidas. Pero, después de todo, en el universo sólo vemos nuestra propia imagen; nuestras idiosincrasias particulares dictan el modo de nuestras percepciones. Los maestros del té coleccionaban únicamente aquellos objetos que correspondían estrictamente a su sentido estético particular”.
Volviendo a Eco, el ensayista italiano habla de “la belleza de la provocación”, que es la que proclaman “los distintos movimientos (artísticos) de vanguardia” (en nuestro ámbito, alcanza con recordar la muestra, ofensivamente polémica, que desató el artista León Ferrari), los cuales pretenden -sostiene- “enseñar a interpretar el mundo con una mirada distinta, a disfrutar del retorno a modelos arcaicos o exóticos: el mundo del sueño o de la fantasía de los enfermos mentales, las visiones inducidas por las drogas, el redescubrimiento de la materia, la nueva propuesta alterada de objetos de uso en contextos improbables […]”.
Lejos parece haber quedado el orden, la magnitud y la armonía que proclamaba Aristóteles y que representaba todo un ideal de una civilización. Aunque Eco se refiere al arte abstracto como responsable de proponer formas puras, pese a que seguidamente cuenta: “Pero quien haya visitado una exposición o un museo en los últimos tiempo, con toda seguridad habrá escuchado a personas que, ante un cuadro abstracto, se pregunta qué representa y protestan con la inevitable pregunta: Pero, ¿esto es arte?”. Y concluye al afirmar que este retorno a la estética de las proporciones y del número se produce en contra de la sensibilidad común, en contra de la idea que “el hombre corriente tiene de la belleza”.
Zeami es una de las figuras de la cultura japonesa, y a quien junto a su padre, Kanami, se le atribuye la creación del teatro No. En Fushikaden, en donde expone su teoría teatral, menciona tres conceptos fundamentales: Hana (flor), Monomane (imitación), y Yugen (gracia, elegancia refinada). Estos tres elementos, según los códigos de Zeami, pueden ser explicados a través de la interpretación de la figura de un anciano, el cual posee una cualidad interna bella, delicada, elegante que no se podría manifestar con la sola imitación de los rasgos externos. Más allá de las arrugas, de la enfermedad y del deterioro por la vejez, se conserva un encanto sutil, refinado, tan propio del viejo o más que la simple apariencia física del cansancio y de la edad avanzada. Manifestar la apariencia física correctamente (Monomane) y a la vez su belleza elegante interior (Yugen) es el arte un verdadero actor de No, que así, mediante su interpretación escénica ante el espectador, será capaz de hacer brotar la flor (Hana).
Nuevamente aparece el otro, el público, y su mirada. Y la belleza, en este caso, ya no es una simple adecuación entre esencia y apariencia, sino algo más complejo, ya que la esencia aparece en la apariencia, en lo actuado.
Por más que el barro aumente el contenido de agua de las células, que limpie los poros, erradique las impurezas y las células muertas y mineralice la piel, la belleza absoluta sólo seguirá residiendo en algo trascendental, en ese otro del cual depende el mundo.
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110 comentarios:
Esta nota me gustó mucho.
Coincido absolutamente en que para que haya un "acontecer estético" tiene - necesariamente - que haber dos sujetos. Es que es precisamente la emoción estética (la capacidad de "uno" de ser impactado por la visión de "otro") lo que fundamenta y te diría justifica una obra de arte.
De allí que también coincido con von Balthasar en la idea de que la belleza no se explica o se explica a si misma.
Esa emoción estética como tal, no puede significarse en palabras y claro que está limitada o ampliada por la idiosincracia de cada sujeto.
Pero, si nos ha sido dado el don de la emoción estética, los límites se pueden ir ampliando. Con tiempo y constacnia.
Jaja, te gustó? Bueno, cuando yo la publiqué, los únicos comentarios que me llegaron eran del tipo: "Qué decís? Qué escribiste? No se entiende?". Fue este año, y creo que ahí comencé a frustrarme. En fin, me alegro de que te haya agradado y hayas podido explayarte.
Dónde la publicaste?
Ves? A eso me refiero con gente común, con el que no puede entender un mensaje aunque desacuerde con la forma.
Opiname sobre mi opinión porque sino nos quedamos acá
En el diario. Entiendo lo que quisiste decir. Será que no se me entiende? Mi nota partió de una idea: decir que la belleza, en realidad, depende del otro, y sí, como dijiste, que se necesitan dos.
No sé quién personifica tu "se me entiende". Yo te entendí, no?
Sí, entendiste, gracias por entenderme (jaja). ahhh, no sé, estoy podrido de la cabeza.
No lo hago como un favor. Te entiendo, a veces. Punto.
Bueh, salió la bruja con respuestas amargadas. Poca onda
Dulce, hago un esfuerzo por entenderte para aliviarte.
TE gustó más?
Gracias Fede. Ves que si vos me pedís yo puedo?
JAJA, no entiendo de qué hablamos. De nada.
Hablamos de que puedo ser menos mala si vos me decís que te parezco brusca
BUeno, ok, no seas mala. Punto. Guau, de la belleza a la maldad.
Si, eso es lo divertido de esto, que terminamos en cualquier cosa, no?
Sí. Es más, debería voler a leer todo, pero... nada.
Pero yo tampoco tengo ganas
Ok. Asunto terminado acá, entonces.
OK
Me dieron ganas de seguir. Decías al principio que esta nota fue el inicio de tu frustración.
Sentís que seguís siendo un incomprendido?
Mmm, no, porque no hablo de lo que los otros no comprenden.
Seguís siendo un incmprendido entonces, sólo que ahora tenés la viveza o el temor de no hacerlo notar.
Exacto. Pero no me quiero hacer la vìctima, todos, en algùn punto, somos incomprendidos.
Bien, evolucionaste, maduraste. Está muy bien. Cuadno te deja de importar ser un incomprendido, creciste
Guau, entonces???? Pero siempre te vuelve a molestar no ser comprendido. Quiero leer Retrato de un artista adolescente, dew Joyce!
Entonces no entendiste nada. Si creciste, no te vuelve a molestar no ser comprendido.
Vos ten sentís un artista adolescente?
NO, no me siento eso. Y quièn dijo que si uno crece nunca màs se molesta por no ser comprendido? Bueno, qui`za me falte crecer màs... Y estoy contento de eso!
Yo lo dije, cuando te deja de importar lo que digan todos, sin discriminar a una o varias personas cuya opiniòn realmente te importe, es que maduraste, que sabés lo que vos querés y no te importa lo que los otros quieran de vos.
Entendes?
Sí, y vos? maduraste?
No, para nada. Soy una inmadura absoluta en más de un aspecto
Bueno, yo tb!
Y eso te gusta a vos, no?
jaja, no sé, sí, quizá, sí. A veces no.
A mi me gustaría ser madura pero no perder la inocencia, el asombro, las ganas, entendés?
Entiendo! Pero eso, parece, es una utopía para unos pocos.
Alguno viejos son así, los sabios. No lo has notado? Saben y tiene ganas. Sobrevuelan ciertas situaciones, toman altura y disfrutan de darle de comer a una paloma a la vez.
Eh? no te entiendo ahora!
Me decías vos que mi deseo de ser madura pero no perder la inocencia, el asombro, etc., era una utopía para unos pocos.
A eso yo te respondí que me parece que ciertos viejos tienen esa mezcla de madurez (sabiduría) e inocencia, asombro, etc., ya que se siguen conmiviendo con cosas simples que seguramente ya han visto o hecho antes en su vida, pero precisamente por su sabiduría saben que son importantes.
Entendés? (es casi una obligación preguntarte esto a menudo)
Sí, entiendo.
Y qué opinás? Estás de acuerdo, no? Tratemos de tomarnos el trabajo de continuar la conversa.
Me hace acordar a algo que habré visto, o una sensación: de que cuando uno llega a cierta edad, es como que vuelve a la niñez. Eso de la inocencia y la sabiduría... bueno, yo una vez intenté enseñarle a usar la compu a Takagi san, un tipo de 80 años! Fue muy divertido. Miraba la pantalla, miraba el teclado, me miraba, dudaba, tipeaba, volvía sus ojos a la pantalla, volvía a mirarme, veía que había escrito lo que había querido y, finalmente, sonreía.
Es cierto lo que decís, pareciera que Dios, al final de nuestros días, nos da la gracia de volver a ser niños. Pero no a todos, eh. Hay viejos que se ponen malos. Es como eso que dicen: que uno se muere como ha vivido, no?
Sí, puede ser... O sea, si uno ha tenido una mala vida, muere malo?
YO creo que pasa algo parecido. Y también creo que Dios nos da un instante de consciencia para saber que se acabó
Pero lo que se ve es que tb nos da un instante para arrepentirnos!
Bueno, a eso me refería. Habrá que ver qué hace cada uno en ese instante de gracia
Ay, NOes, nosotros, por lo menos el creyente, vive con el don de la gracia.
Si? Mirá el Catecismo dice que se vive en gracia de Dios cuando estás sin pecado o absuelto
Acaso no la recibimos cuando nos bautizamos? Luego, claro, hay que alimentarla, pero es algo que nos da y que nosotros aceptamos. Por lo menos eso entiendo yo de la Gracia.
Bueno, el Catecismo dice otra cosa. Con el Bautismo te borran el pecado original e ingresás en la vida cristiana, como hijo de Dios. Pero hay que hacer algo para conservar esa Gracia que te ha sido otorgada. No es un cheque en blanco de por vida. Es esa alimentación de la que hablás vos.
Yo no siento que estoy en Gracia de Dios siempre, la verdad es que no lo siento.
Ah, entiendo. Entonces yo tampoco lo estoy.
Ah, menos mal. Iba a creer que estaba en presencia de un santo
No te parezco un santo? (dije parezco, no que lo era)
No sé si un santo, pero parecés ser muy tranquilo, pacífico, dulce, tierno, comprensivo, etc. etc. etc.
Qué es etc, etc, etc???? Me falta la aureola ylas alitas!
Respondeme lo que te pregunté yo en la nota anterior (en qué soy mejor yo que vos) y quizá pueda completar los etc.
Bueno, tenés más camino recorrido, más experiencias vividas... Eso valoro.
Jajajaja. De dónde sacaste eso??? Qué tupé. En fin, me toncan los etcs. trabajador, educado, callado, pensante, soñador. Suficiente?
Creo que sos misterioso, narcisista, caprichoso, poco comunicativo, valorador de tu tradición, algo complicado, etc.
Suficiente?
narcisista??????
Poco comunicativo? Bueno, en el sentido convencional de la comunicación, sí, pero no me molesta.
Suficiente para vos?
Si, narcicista. No sabés qué es?
Poco comunicativo? No sólo uno se comunica escribiendo Fede.
Yo no necesitaba la enumeración. Fue tu ego el que pidió más.
No creo ser narcisita, ni ahí. Eso te transmito? El narcisista era mi compañero, el que escribió ese "poema".
No, mi ego no, mi curiosidad.
Ahora que lo pienso mejor, quizá la pabara no sea narcisista sino un poco egocéntrico.
La curiosidad acerca de uno mismo se llama ego
BUeno, seré egocentrista, aunque no suena lindo.
Sos egocéntrico. O tampoco con eso te sentís identificado?
Sí, lo soy, pero no lo demuestro.
Cómo no? Si yo me di cuenta, qué soy, maga?
Sí, pero vos te diste cuenta porque me leés, porque, diariamente, escribo mucho para vos.
¿Para mí? Vos no escribís para mí Fede.
Digo que escribo para vos acá, en esta página, y por msn, y por mail.
Acá no escribís para mi. Y por msn y mail tampoco, en todo caso me contestás, pero no escribís para mí. "ME" escribís.
Y si te escribo no no escribo para vos? Acaso no hice especie de haiku y otras cosas? A mí puede ser que nada me alcance, y a vos tampoco.
NO ME CAMBIES DE TEMA!!!! Sí hiciste todo eso, pero no para mi. Fede, yo escribo acá para conversar con vos. Pero no digo: escribo para Fede. Digo: te leo y escribo
Ok, cuando vos decís que escriba para vos es algo así como escribir una canción, un poema, un cuento, una carta, algo dirigida, inspirada, dedicada, a vos, no?
Claro.
A propósito. Lo que sí hacés es leerme, pero últimamente no me leés toda.
Quizá no mantengo la concentración en toda... pero sí leo.
Te dije que yo sí te estaba escribiendo algo para vos?
No, no me dijiste.
Si, te lo dije, no te acordás. No importa.
Bueno, ahora sí lo leí. Fue escribir para mí o sobre mí?
Fue escribir sobre vos y para vos, porque lo hice pensando en decirte a vos y porque no dije nada sobre mi y porque te lo mandé a vos y porque lo inspiraste vos.
Uh! Gracias, muchos "vos".
Es para que entiendas las diferencias. Vos escribís para vos mismo.
No sé
Estás escribiendo algo ahora?
No tenés ganas, no tenés tema, no tenés inspiración o no tenés tiempo?
No tengo ganas... Pero ese no es el problema, el problema es sentarme todos los días un ratito, cosa que voy a hacer dentro de poco.
No tenés ganas y no tenés tiempo
Tiempo, ahora, tengo. Pero no es cuestión de ganas tampoco! Y no sé de qué, pero es sentarse y escribir, aunque sean 10 minutos, 5, toda una noche. Ya te dije.
Querés que te cuente qué dice Gustavo al respecto?
Sí, claro.
Bueno, él dice que primero tenés que tener el tema sobre el que querés escribir; luego pensando y pensando llega un momento en que te salen solas las primeas frases (que no necesariamente tienen que ser el inicio de lo escrito) y luego te sale todo. Él me contó que muchas frases se le ocurren cuando duerme, entonces se despierta y anota.
Qué bueno. Son métodos. Yo prefiero tener el principio y el final... el resto se completa, los temas salen solos, y las frases las voy anotando aparte.
Bueno, en realidad les pasa lo mismo, con las diferencias propias del estilo de trabajo de cada uno.
Claro.
Estás conforme entonces?
¿Conforme con qué? ¿Conmigo, con mi método? No, me falta disciplina, me faltan muchas cosas, y quizá no ser tan perfeccionista.
Si sabés qué te falta no estás en problemas
Sí. Ya te había dicho, es mejor ser consciente de todo lo que a uno le falta que pensar que todo lo sabe.
Mirá eso de ser consciente de las carencias, si se maneja bien, es algo positivo para mi
Vos sabés que yo creo que muchas relaciones se fundan en las carencias?
¿Relaciones? ¿De qué tipo? Entonces, en un chat se forman relaciones! (¿Serán duraderas?)
Casi todas las relaciones y la sentimentales están incluidas. No siempre en un chat se forman relaciones. Supongo que si entrás seguido y hablás con las mismas personas, sí tenés una relación, virtual pero relación al fin.
A qué viene todo esto?
Es mi respuesta a lo que me preguntaste, en todo caso preguntate a vos mismo a qué venía todo esto
Eso es lo que me pregunté.
Seguramente venía a lo que me dijiste por chat, que ya no tenés ganás de hablar.
Dejemos acá
Cuando quieras seguir, yo estoy
Creo que, por el momento, hemos finalizado el tema.
Bueno
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